Por qué no puedes “dejar de pensar” y cómo regularlo

A veces la mente no se apaga, y eso también desgasta.

Dar vueltas a todo, repasar cada conversación, imaginar escenarios negativos… El exceso de pensamiento no siempre es productivo. Muchas veces se convierte en una trampa que alimenta la ansiedad y te desconecta del presente.

Este tipo de pensamiento repetitivo tiene un nombre: rumiación. Y no se soluciona simplemente con «pensar en otra cosa». De hecho, cuanto más lo intentas, más fuerza coge. La clave está en entender por qué tu mente funciona así, no en pelearte con ella.

En terapia trabajamos estrategias para salir del bucle, regular la atención y conectar con el presente. No se trata de dejar de pensar, sino de aprender a pensar de forma más amable y útil para ti.

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